La
caótica situación económica en la que nos encontramos, con una crisis
financiera, inmobiliaria, laboral y sobre todo de valores, que no tiene
parangón en nuestra historia reciente, está sacando a la luz la triste realidad
de nuestro sistema político. Raro es el día en que, con las noticias de las
ocho de la mañana, no nos llega un nuevo caso de corrupción o latrocinio, entre
la casta política o sus familiares y allegados.
Luis
Bárcenas con 22 millones de euros en una cuenta suiza; y Floriano diciendo que ese señor no es ya un
político del Partido Popular, como si esos millones, tacita a tacita, no
procedieran de cuando “este señor” era el tesorero del Partido Popular y de
rebañar lo que quedaba “tras pasar la gorra”. El juez Ruz acaba de encontrar
unos cuantos millones más en cuentas estadounidenses y ha certificado que el
extesorero del PP aprovechó la amnistía fiscal de Rajoy para regularizar 10
millones de euros.
La familia Pujol, al completo, saqueando
Cataluña, y con Jordi Pujol “junior”, conduciendo por sus carreteras cualesquiera
de los vehículos de hasta un millón de euros de valor, de su propiedad. Cuando
algunos comenzaron a hablar de miles de millones de euros repartidos entre todo
el clan, no parece que fueran muy descaminados. Con gran seguridad si Cataluña
dispusiera de esos fondos, que de una u otra forma ha pagado, no se tendrían
que cerrar hospitales ni urgencias nocturnas.
En
Galicia sigue imputándose a alcaldes, ya sean del PP o del PSOE, por corrupción
en contratas municipales y parece que otros cuantos van a seguir apareciendo
puntualmente en nuestros televisores a las ocho de la mañana.
La
semana anterior Durán y Lleida se vio forzado a admitir que Unió Democràtica de
Cataluña es "solo responsable civil de los imputados" por el caso
Pallerols y niega que haya habido financiación ilegal en el partido: "El
fiscal dice claramente que no está comprobado que el dinero procediera de
fondos europeos". Por ello Durán, que había manifestado públicamente lo
contrario, no va a dimitir por este caso. Y se queda tan a gusto. Que no es
cuestión de dejar el chollo que tiene viviendo en el Palace…
En
Madrid nos hemos enterado, con contrato de por medio, de la compra del ático de
veraneo en Málaga que realizó el ahora presidente no votado de la Comunidad de
Madrid, Ignacio González. Nada menos que 770.000 euros que pagó el ilustre
prócer por éste ático que algunos han calificado de “apartamento veraniego”.
Ahora hace falta conocer el origen de este pastón que llegó desde cuentas en el
extranjero y que para un funcionario parece un poco exagerado. La jueza de
Estepona va tras la pista y esperamos que tenga mejor suerte que los policías
que lo investigaron con anterioridad; fueron destituídos por el Director
General de la Policía. También debieran investigar el origen de la casa que
tiene en Madrid el ilustre funcionario y que está valorada en dos millones de
euros. Parece complicado para un sueldo de 90.000 euros brutos.
En
Valencia, que junto con Madrid, parece ser unos de los mayores antros de
corrupción del Estado, la Fiscalía acaba de solicitar penas que casi llegan a los 100 años de prisión para
toda una relación de miembros del anterior gobierno de Camps, entre ellos dos exconsejeras.
Los imputados son la exconsejera de Turismo, Milagros Martínez, otra
exconsejera Angélica Such, y diez personas más de la Agencia Valenciana de
Turismo, además de los ya conocidos cabecillas de la trama Gürtel.
A los
cargos públicos se les imputa --en diferentes grados-- un delito continuado de
prevaricación administrativa, otro continuado de malversación de caudales
públicos, un delito de cohecho, un delito de falsedad de documento oficial.
Asimismo, a los supuestos cabecillas de la trama les imputa un delito
continuado de tráfico de influencias, delito continuado de malversación de
caudales públicos, cooperadores del delito de falsificación de documento
oficial y cohecho.
De
Norte a Sur y de Este a Oeste el trinque de la casta política es general, ya
sea PP, PSOE o CIU, aunque haya
Comunidades Autónomas en las que resulta exagerado. No parece que sea por
casualidad el que las comunidades que ocupan la parte alta en la escala de la
corrupción estén entre las que más recortes están realizando. Y es que no se
escapa ningún partido ni ninguna institución. Pero lo que no vemos es que a
éste nivel de corrupción y de actuaciones judiciales, corresponda un nivel
similar de trincones en el talego. Entre la presunción de inocencia, que a los
políticos siempre se aplica, los indultos de Gallardón, la prescripción de los
delitos –como el Infanto salga de rositas, como están intentando con ese motivo,
se monta la mundial- y los bufetes de sagaces y caros abogados que pueden
pagarse ¡con nuestro dinero, ojo!, no vemos a nadie entre rejas. Tal vez porque como dijo la presidenta de
Unió Mallorquina, imputada por el caso Maquillaje, “los delitos económicos no
debieran tener pena de cárcel”.
A pesar
de que por la Constitución no está obligado a rendir cuentas, ya nos gustaría a
más de uno que el Borbón explicara al país de dónde ha salido su amplio
patrimonio. Y como todo lo que sea hablar de este personaje y de su tropa
cercana, parece que está prohibido en éste país, salvo para idioteces
hermidianas diversas, tenemos que enterarnos por la prensa norteamericana que
quien llegó a España casi desnudo, hoy tiene una fortuna que puede superar los
diez millones dólares.
Hay que
exigir cuentas y responsabilidades a todos. No es posible que merced a un
sueldo, que suele ser bueno, se hayan formado las fortunas de que disponen algunos
de nuestros políticos. Hay que investigar de dónde salen las propiedades de
muchos de ellos e impedir que sigan lucrándose a costa de todos nosotros
mezclando negocios y política. No se puede privatizar un servicio y luego
comprarlo. Ni favorecer a unas empresas y luego pasar a ser Consejero de ellas.
En las mentes de todos están los nombres de González, Aznar, Bono, Rato…y
tantos otros.
Si no hacemos nada y seguimos quejándonos sin actuar, estaremos condenados a seguir viendo, con las noticias de la mañana, la repetición del programa "corrupto a las ocho".
Si no hacemos nada y seguimos quejándonos sin actuar, estaremos condenados a seguir viendo, con las noticias de la mañana, la repetición del programa "corrupto a las ocho".
Eduardo
Lizarraga
Madrid,
17 de enero de 2013