martes, 19 de agosto de 2014

La ilusión está de vuelta


Los resultados electorales de “Podemos” fueron la gran sorpresa de las elecciones europeas. Unas elecciones en las que los dos grandes partidos no concurrían para resolver los problemas de nuestro país, sino los suyos propios.  Unas elecciones que han mostrado a las claras el hastío que tiene una parte importante del electorado, hacia la corrupta y desvergonzada política de enriquecimiento y mantenimiento de prebendas, que mueve a los grandes partidos tradicionales.

Pero si sorpresivos fueron los cinco escaños logrados por “Podemos”,  aún más sorprendente está siendo el crecimiento que esta nueva opción política está experimentando desde entonces, llevándola ya a convertirse en la tercera fuerza política... y veremos. La capitalización del descontento hacia políticos y siglas, que desde hace tiempo causan náuseas en una parte del electorado, mucho del cual se quedaba en casa,  es una cosa, pero el estado de ilusión que están creando en muchos españoles es otra muy diferente.  Ya no es un voto contra el PP o el PSOE, es un voto a favor de la ilusión y la esperanza. La esperanza de que otra forma de hacer política es posible; la ilusión por que el pueblo participe en las decisiones,  y sea de una vez tenido en cuenta de una manera constante y no sólo cada cuatro años.

Cuando llegaba el momento electoral, “la fiesta de la democracia” como decían muchos de los hipócritas que nos han gobernado en éstos últimos años,  los partidos mayoritarios y sus representantes animaban a los españoles para que fueran a votar; sabían que lo harían por uno o por otro, y que ya se entenderían luego entre ellos para repartirse la tarta. No había otra opción de gobierno  posible que pudiera incomodar a los grandes partidos. Pero esa situación ha cambiado este año; esa mayoría que se quedaba en casa, por hastío,  repugnancia, o por falta de ilusión,  vuelve a  acercarse otra vez a las urnas. Es una mayoría agraviada, expoliada, burlada una y otra vez. Una mayoría que puede suponer un vuelco en el statu quo mantenido desde la transición en el que todos obtenían algo, menos el pueblo. ¿O es que alguien piensa que tras los resultados, entre bambalinas y a escondidas,  no se repartían el poder y sus réditos? El miedo a que esa mayoría que se quedaba en casa, más la burlada una y otra vez  por los representantes que había elegido en las urnas, pueda moverles de las poltronas, ha cundido entre los grandes partidos estatales. Miedo a que en las próximas elecciones la participación aumente, y lo haga en su contra.

De ahí que “Podemos” se haya convertido en la bestia negra de todos los partidos con representación estatal. A unos porque les puede quitar muchos votos, caso del PSOE, a pesar del “efecto Sánchez” – ¡ay qué risa, si es más de lo mismo!-  e IU y a otros como al PP, no sólo porque les puede quitar también votos  -hasta ese punto tiene contento el PP a su electorado-,  sino porque con la fuerza de los resultados que obtenga, el recién llegado puede empezar a  actuar contra sus patronos; es decir, banca, grandes empresas, iglesia,…  la oligarquía del país. Y además puede romper el acuerdo no escrito, entre los dos partidos que se alternan en el poder, para actuar de verdad y no de boquilla, contra la corrupción reinante, exigiendo a la vez responsabilidades por lo acontecido. Que es lo que espera que haga la mayoría de los españoles.  Y es que el país está ya harto del expolio al que la clase política – que no digo que todo político sea un corrupto y un ladrón- y los partidos le han sometido desde hace ya décadas.  Y no me vale decir que los hay honrados, seguro que sí, pero con su silencio y conformidad,  son cómplices de lo que sucede.

Y ésta es una de las grandes esperanzas del pueblo español, la que le ilusiona y le va a llevar de nuevo a las urnas con alegría: limpiar el panorama político. No sé si el proyecto “Podemos”  va a  tener el suficiente calado para transformarse en una opción política de largo alcance, el camino no va a resultar fácil y el tiempo lo dirá. Pero sí parece que su presencia servirá de catalizador para que nuestra sociedad vuelva  a creer  que una democracia participativa es posible,  y que la democracia oligárquica que padecemos tiene que sucumbir. Con dos legislaturas de “Podemos” en el Parlamento, podría ser suficiente para limpiar mucha de la basura acumulada.

Cuestión diferente, pero a la que también se espera,  es acabar con la “Ley del silencio” que impera frente a los grandes expolios a los que nos hemos visto sometidos. Por citar algunos: los sobres del PP, el caso Gurtel, la fortuna de los Pujol,  los ERE en Andalucía, la financiación de los partidos, la Infanta y el Infanto,  los cursos de formación en Andalucía y Madrid, los negocios del Rey, … La actuación de los partidos, tapándose unos a otros, exhibiendo de forma indecente la presunción de inocencia, dilatando las sentencias, obteniendo indultos, protegiéndose con el aforamiento…ha conseguido que nuestra sociedad conciba a la política y a los políticos como algo sucio y perverso, pagando los justos por los culpables. Y esta situación hay que solventarla porque los políticos hacen un servicio al país que debe ser reconocido.  En éste sentido “Podemos” debe ser como un río Alfeo que  ayude a limpiar la porquería  acumulada durante décadas. Las “vacas sagradas” deben desaparecer del panorama político.

Y muy alarmados ante la nueva situación política que pudiera darse a partir de los próximos procesos electorales, tanto PP como PSOE han sacado su artillería a la calle y han comenzado a disparar desde todos los ángulos hacia “Podemos” y su líder Pablo Iglesias. Y el efecto, como no podía ser otro, ha sido el contrario al perseguido. La nueva formación política les está desbordando, no sólo en expectativas de voto y en presencia en la red, sino también en crecimiento de afiliados de los que ya ha superado la barrera de los 100.000. Y está claro que los ataques de personajes de la política y tertulianos en su nómina, como Herman Tersch, acusándoles de filo-etarras, bolivarianos, populistas, anti-sistema –hay donde elegir- provocan tan sólo risa, nuevos adeptos  y una profunda percepción: hay miedo de los que viven del sistema a que éste se desmorone.

Ante la perspectiva de lo que se le avecina el próximo otoño, el gobierno del PP está llevando a cabo un intento de intimidación hacia la ciudadanía,  basado en las fuerzas del orden  y en descomunales sanciones que incluyen penas de cárcel, un auténtico terrorismo de Estado.  Pero como en muchas otras cosas, perdieron la iniciativa en su momento, la opción política ya está creada y la violencia gubernamental no va a conseguir otra cosa que fortalecer esta oposición. Resultaría increíble, si no se conociera el perfil de los mismos, que toda la caterva de asesores millonarios elegidos entre sus acólitos, no les hayan advertido de los logros que van a cosechar.

Para los grandes partidos el poder se ha convertido en una herramienta de uso y disfrute propios a través de la cual tan sólo buscan perpetuarse en el mismo y no el servicio hacia los electores que les votaron. En éste sentido tampoco les importa la herencia que dejen para el futuro, porque su visión es cortoplacista. Y hasta ahora nuestros votos tan sólo perpetuaban la actual situación, con una alternancia en el poder que dejaba a los partidos satisfechos, a sus aparatos nutridos,  y a los ciudadanos con un palmo de narices ante el incumplimiento sistemático de los programas electorales que habían votado. Y no pasaba nada, que eso no es un contrato.

Por eso es ya hora de cambiar el sistema y que los políticos entiendan que tan sólo son unos funcionarios temporales, no una clase social,  con un mandato claro emanado del pueblo –el programa- y que deben cumplir o dimitir si no pueden llevarlo adelante. Estamos en estos momentos en una situación de emergencia nacional, en la que las entidades financieras, las grandes fortunas, los empresarios y las eléctricas controlan España y a sus políticos, diciéndoles lo que tienen que hacer. Los tienen a sueldo y son sus patronos…y no es algo difuso y escondido sino claro y meridiano.

España necesita profundos cambios estructurales y una nueva redefinición del poder económico, político y representativo.  Es necesario actuar contra la política de recortes, la obediencia ciega a la troika y la impunidad de los corruptos y delincuentes financieros. Es preciso dar la voz a una mayoría social que está, en muchos casos, huérfana de los dirigentes políticos a los que votan cada cuatro años.  Las bases sociales del PSOE, por poner un ejemplo, han estado presentes en la mayoría de las manifestaciones en contra de los recortes sociales y de la corrupción del Partido Popular, no así sus dirigentes que prefieren la política de los despachos y los pactos públicos o secretos con el otro.

Y también va siendo hora de exigir responsabilidades.  A los que han permitido el saqueo del Estado, a los que nos han llevado a sufrir la mayor deuda nacional que jamás hemos tenido y que heredarán nuestros nietos, a los que han dado el poder recibido del pueblo a la oligarquía, a los que no exigen la devolución del dinero prestado a los bancos…hay mucha tarea por delante.

El apoyo a “Podemos” está poniendo de manifiesto que el sistema bipartidista tal y como lo conocemos está agotado.  Que el ciudadano no soporta más a unos líderes manchados por su tolerancia hacia la corrupción e interesados por el mantenimiento de sus partidos y no por el  bien del Estado. Necesitamos a hombres de talla que miren hacia delante y no a sus bolsillos. Hay ilusión por conseguirlo y Podemos hacerlo.

 

Eduardo Lizarraga

Hondarribia, agosto 2014