miércoles, 17 de julio de 2013

Bárcenas da a luz


La situación del  Gobierno y del Partido Popular está pasando de la insostenibilidad a la agonía. Tras unos largos meses de embarazo,  que el PP no ha podido interrumpir y no por su ideología conservadora,  Bárcenas ha dado a luz un monstruo que ríete tú de la hidra de Lerna, la de las siete cabezas. Y la criatura amenaza con devorar al Partido Popular empezando por la cabeza y llegando hasta los mismos pies si se le deja hacerlo.  Y este parece que puede ser el final, si la dirección del PP y el presidente del Gobierno continúan con su estrategia de negarlo todo –aunque algunas cosas no – y esconderse por sistema.

El embarazo de Bárcenas ha sido largo y feliz casi hasta el final. Y es que el extesorero siempre esperó que hubiera intervención para no tener que dar a luz. Así nos explicamos su chulería y gracejo sin par, sus peinetas y sus cenas y viajes de lujo con foie y sauternes. En su mente estaban presentes las promesas de intervención de Rajoy para librarle de la cárcel.  Pero no ha podido ser así; por distintas razones el problema se le ha ido de las manos al PP y Bárcenas se ha visto obligado a parir  a la bestia.

Con toda la documentación que ha ido apareciendo y la que ya tiene en su poder el juez Ruz –seguro que continúan apareciendo nuevas revelaciones -  resulta ya claro para todos los españoles, salvo para los más fieles peperos,  cuya adicción resulta ya fundamentalista, que el partido que sustenta al Gobierno y  parte de los miembros del mismo, han estado cobrando sobresueldos durante casi veinte años. Y que la sede del PP en Génova 13 era una oficina de recaudación y extorsión a empresas con reparto posterior del botín obtenido.

Y que nadie caiga en el fácil engaño de considerar que ese robo no le afecta. Las empresas que accedían a la extorsión y daban  “gentiles donaciones al PP”, muy por encima de los 60.000 euros por año que permite la ley, recibían a cambio sustanciosos contratos de obra pública u otras prebendas y en el coste final de las obras, coste que pagaba el Estado –que somos todos- se incluían, con absoluta seguridad esos “sobrecostes” que luego iban a parar en sobres a ser “sobresueldos”. Y es que a los prebostes peperos, con cargo estatal o no, no les resultaba suficiente el sueldo que recibían, sino que tenían que complementarlo.  Y esto deben entenderlo todos los españoles, estos prebostes no podían vivir por debajo de sus posibilidades.

Esta conducta es inmoral y en los casos en que los cargos del PP cobraban sueldos de la Administración es delincuente.  Rajoy, Cascos, Acebes, Rato, Mayor Oreja… todos ellos y alguno más están en éste caso. Delitos que ya han prescrito pero que en todo caso demuestran la catadura moral de éstos que gobiernan y nos dicen que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que tenemos que apretarnos el cinturón y volvérnoslo a apretar para que el país vaya bien. Ellos están exentos de apretarse el cinturón o como hiciera Fraga, llevan tirantes.

Pero además de “complementar” los sueldos de sus directivos –llamémoslos así, ya que el PP ha demostrado ser una empresa con afán de lucro- los dineros obtenidos con métodos mafiosos pagaban otras actividades también oscuras.  Entre ellas costes electorales “extra”,  abogados, como por ejemplo los que defendían a Bárcenas, -surrealista que a la vez el PP fuera acusación particular-  o los que defendieron a los cargos militares acusados en la catástrofe del Yak 42.

Desde los comienzos del caso Gürtel, que luego abrió el caso Bárcenas, el PP ha seguido la estrategia de negarlo todo y callar sin actuar. Y ahora es víctima de esa estrategia que se está demostrando nefasta y que amenaza con llevarse al partido por delante si no actúan.

A la hidra nacida de Bárcenas ya no la va a poder matar nadie si no es con la verdad y actuando con contundencia. De cualquier cabeza que se corta con alguna mentira nace otra nueva. Y las apariciones de Floriano, Cospedal , Pons o algún otro, con declaraciones absurdas y que siguen el mismo guion de “todo es mentira y Rajoy es el más honesto de los hombres”,  son ya chistes que causan la hilaridad o indignación de la mayoría de los españoles. Para qué hablar de cuando sale el ínclito Mariano en una pantalla de plasma o contestando a un medio afín leyendo un papelito.

El problema radica en que para cuando la Justicia diga algo habrá pasado esta legislatura y tal vez la siguiente. Y es que si todo se centra en los juzgados el Partido Popular tiene las suficientes herramientas y dinero para dilatar, anular o silenciar todo lo que quiera. Y entonces  se jugará con la presunción de inocencia y en la ausencia de condenas judiciales, hasta hacernos vomitar. Muchos de los delitos están prescritos y otros son casos que sólo vulneran la ética y la moral que debieran tener nuestros gobernantes y que están ayunos de ellas.

No todo el PP está sucio y los que no han recibido dinero, bien porque no han querido, bien porque no se les ha ofrecido, están pidiendo que se depuren responsabilidades y que si hay que sustituir a Rajoy se haga lo más rápido posible. Las intervenciones de Esperanza Aguirre y de Vidal Cuadras van en ese sentido.  La militancia sigue callada ante los desmanes de sus directivos y el PP vasco, que tendría que estar “tomando la Bastilla”  lleva unas semanas contemporizando con Rajoy.  Es decir, que a lo sumo y si la hidra sigue sin control puede llegar una sustitución de Rajoy, pero nunca unas elecciones anticipadas. Los barones peperos no quieren perder sus feudos y van a hacer todo lo posible para que esto no suceda.

El PSOE por su parte continúa con su estrategia plana, centrada en el Parlamento y sin querer sacar “los pies del tiesto”. Es la estrategia de Rubalcaba. La estrategia de ganar tiempo, de seguir desgastando al PP y al Gobierno e intentar ganar las próximas elecciones dentro de algo más de dos años. Sabe Rubalcaba que su candidatura no ilusiona ni a los españoles ni a los propios socialistas, que tiene un complicado debate con el PSC y que continúa sin levantar en las encuestas. Por eso quiere ganar tiempo y prefiere una sustitución ordenada de Rajoy que correr el albur de ir a unas elecciones  generales anticipadas.

Es decir, los dos partidos mayoritarios miran, como siempre,  por sus intereses como partidos y no por los del país, que es el interés de todos los españoles.  Saben que si hay elecciones ahora, ninguno de los dos obtendrá mayoría absoluta y que se avecina una fragmentación del Parlamento con los escaños mucho más repartidos, una subida de los partidos nacionalistas –salvo CiU, también pringado hasta las cejas- , de partidos ecologistas como Equo y de Izquierda Unida. Se podrá escuchar que en la situación actual unas elecciones anticipadas no interesan, que los poderes financieros internacionales quieren estabilidad y seguir por el camino de las reformas pepero, que se puede caer en una situación de desgobierno perjudicial para España. Todo son milongas interesadas lanzadas por los de siempre.

En la situación de crisis estancada en la que nos encontramos no necesitamos un gobierno corrupto, deslegitimado y sin la confianza de los españoles, sino un nuevo proyecto ilusionante, creíble y con el que poder afrontar el largo y duro camino que aún tenemos que recorrer.   Tenemos que salir de donde estamos y no va a ser el PP quien lo haga.

Pero por desgracia, y esto es algo que habrá que arreglar sin tardanza, el pueblo español carece de instrumentos para controlar la voluntad de los partidos y para poder forzar cambios que éstos no deseen. Los votos de noviembre de 2011 ya no son legítimos, y el mayor indicativo de esta realidad es que el PP se esfuerza en hablar de legitimidad democrática todos los días. El Gobierno que padecemos carece de cualquier legitimidad después de todo lo que ha hecho el partido que le sustenta  y más aún para llevar adelante todos los cambios que están haciendo. Pero aunque todos nosotros estemos de acuerdo en ello no podemos hacer nada, al menos por los cauces parlamentarios y legales actuales. Sólo votar cada cuatro años.

Si a la situación de crisis económica, con el paro, la pobreza, los desahucios,  la subida de impuestos  y el descontento general, le unimos los escándalos económicos de un partido que ha defraudado al país, con una corrupción sistematizada desde hace veinte años, el cóctel puede ser explosivo una vez pase el verano. Porque a pesar de lo que intenta el PP, la hidra parida por Bárcenas va a seguir viva y devorándole mientras no tome medidas contundentes.

Si el PP quiere salir de la agónica situación en la que se encuentra y no morir en el intento, deberá realizar una limpia sistemática en el partido, exigiendo responsabilidades públicas, conocimiento de toda la verdad y denunciando a los responsables del latrocinio. Y si ese camino es una nueva travesía del desierto lo tendrá que hacer por el bien del país al que dice que ama tanto. Necesitamos un partido más democrático y en el que la militancia pueda elegir a los líderes que necesitará, sin duda, para lo que se le avecina.

Por su parte, el PSOE debe hacer casi lo mismo, limpiando las viejas estructuras del aparato que se han convertido en una rémora  y cambiar el proyecto gris y plano actual, por un modelo más ilusionante y que de paso a nuevas caras que consigan mover al electorado.

Ambos partidos tienen que propiciar un cambio en la Ley Electoral que proporcione garantías de limpieza y trasparencia en el funcionamiento de los partidos, permita exigir responsabilidades en casos como el actual y que puedan crearse verdaderos instrumentos independientes de control.  Las listas abiertas y el cambio de la ley de proporcionalidad  son otras de las exigencias de la sociedad. Al igual que pide que los partidos dejen de meter mano en la Justicia poniendo a jueces afines en sus diferentes estructuras.

Y en lontananza habrá que debatir el modelo de estado que deseamos ser y si queremos seguir respetando la herencia franquista de la monarquía o queremos evolucionar hacia otro sistema. Las crisis es lo que tienen, traen cambios y no sólo en Sanidad o Educación.

 

Eduardo Lizarraga

Manzanares el Real,  julio 2013