miércoles, 16 de noviembre de 2016

La mafia eléctrica nos cuesta 7.000 vidas al año



La pobreza energética ha mostrado su cara más amarga con la muerte de una anciana de Reus que, desde hacía tres meses, se alumbraba con velas. No ha sido la única en este mes, apenas comenzados  los fríos y, por desgracia, aún no se ha iniciado el invierno. Los muertos por inanición, frío, inhalaciones de monóxido de carbono o quemaduras y asfixias producidas por incendios, podrían llegar a los 7.000 al año en nuestro país, con lo que si no hacemos nada por evitarlo –aún estamos a tiempo- los casos que conozcamos serán habituales.

Son muchas las familias en España que ven  con preocupación las penalidades que van a tener que sufrir en los próximos meses, al no poder calentar su vivienda de forma adecuada. Se encuentran en la dicotomía de comer o calentarse y eligen la comida y las mantas o el brasero; aunque también habrá los que tengan dificultades para poder cocinar ante la falta de suministros energéticos. Son los mismos problemas que tienen muchos africanos en el Sahel y los arreglan con excrementos secos de animales y con los pocos matorrales que aún subsisten. Pero estamos en España y en el 2016, V Año Triunfal del Partido Popular,  por la gracia del PSOE.

En estos momentos, tras la tragedia de Reus,  la compañía suministradora de la electricidad, Gas Natural Fenosa, la misma de la que era consejero hasta hace unos días Felipe González, y el ayuntamiento de Reus se culpabilizan del suceso.

Pero el problema no es un hecho puntual , sino la consecuencia de más de un siglo de prebendas y regalos políticos a las grandes compañías suministradora de nuestro país. Ahora son las eléctricas, gasistas y de aguas, pero antes, incluso antes de la guerra civil, lo fueron las compañías ferroviarias o mineras, cuyos intereses siempre estuvieron antes de los del pueblo y se legisló a su favor.

Sin lugar a dudas la situación ha empeorado con los decenios turnistas entre PP y PSOE. Las compañías energéticas saben que sus resultados económicos dependen en gran medida de la legislación que consigan de los partidos y por eso engrasan la maquinaria dando trabajo a cuantos expresidentes, exministros y todos tipo de ex con poder, se pongan a su alcance. Y con las astronómicas cifras que pagan o con las posibilidades que ponen al alcance de los agraciados, son pocos los que se niega. Y los hay de todos los partidos, porque en esto no hay izquierdas ni derechas ni centro ni nacionalistas.

Por poner algunos nombre en negro, encontramos que en las listas hay personajes de todos los partidos y cariz político.  No voy a ser exhaustivo, ya que son más de cincuenta los cargos políticos que han encontrado acomodo y billetera llena en estas empresas.

Por el PP destacamos: -Angel Acebes (Iberdrola), José María Aznar (Endesa), Carmen Becerril (Acciona), Santiago Cobo –marido de Teófila Martínez (REE), Carlos Espinosa de los Monteros (Acciona), José Folgado (REE),  Antonio Hernández Mancha (Enagás), Ignacio López del Hierro, marido de Dolores de Cospedal (Iberdrola),  Marcelino Oreja (Enagás), Ana de Palacio (Enagás),  Paloma Sendín (REE), Javier Rupérez (Abengoa),  Isabel Tocino (Enagás).

Por su parte, del PSOE, Ángeles Amador (REE), Josep Borrell (Abengoa),  Felipe González,  que recientemente ha abandonado el puesto (Gas Natural Fenosa),  Joan Majó (Endesa),  Manuel Marín (Fundación Iberdrola),  Braulio Medel , Junta de Andalucía (Iberdrola), Ramón Pérez Simarro (Enagás),  Elena Salgado (Endesa),  Luis Solana (Abengoa), Pedro Solbes (Enel).

Por el PNV, Juan María Atutxa (Iberdrola) y Josu Jon Imaz (Gas Natural Fenosa).

Por la Casa Real: Carlos de Borbón y Dos Sicilias (Abengoa).

Por CDC: David Madí (Endesa),

Por CIU, Ramón Roca Junyent (Endesa).

Con este amplio plantel de puntales políticos a su favor y una legislación que ha convertido a España en un coto cerrado al que exprimir cuanto conviene, los resultados de estas empresas son espectaculares.

Las mayores compañías eléctricas con operaciones en España, que son Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa, ingresaron entre las tres  52.390,7 millones de euros, un 10,7% menos que en los nueve primeros meses de 2015. Por su parte, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) de las tres compañías se situó en 12.238,5 millones de euros, con un incremento del 0,67% con respecto a los nueve primeros meses de 2015. El beneficio neto conjunto de 4.276,7 millones de euros en los nueve primeros meses del año, elevando así en un 1,3% las ganancias de 4.219,7 millones de euros del mismo periodo del año pasado.

De las tres empresas es Iberdrola la que registró el mayor beneficio, con un total de 2.041,7 millones de euros y un incremento del 6,4% con respecto al mismo periodo de 2015. Sánchez Galán se gana su sueldo, de 47.000 euros diarios, con holgura.

Por su parte, Endesa obtuvo un beneficio neto a septiembre de 1.305 millones de euros, un 8,2% más con respecto a las ganancias de 1.206 millones de euros de los nueve primeros meses del año pasado.

En tercera posición Gas Natural Fenosa, que registró unas ganancias netas de 930 millones de euros, con un descenso del 15% en su beneficio. No obstante, con la  venta de su participación del 20% en GNL Quintero (Chile) a Enagás, cuyo cierre está previsto en la primera quincena de este mes, la caída del beneficio neto sería del 10,4%.

Estas cifras de beneficios, logradas por un sector que vende un bien de primera necesidad, se obtienen porque el precio de la energía en los hogares españoles es uno de los más altos de la Unión Europea. Y esto lo dice Eurostat, la oficina estadística europea.  Según sus datos, España tiene el quinto precio más elevado de la UE de electricidad de consumo doméstico, con 0,237 céntimos por kilovatio/hora en 2015, solo superado por  Dinamarca, Alemania, Irlanda e Italia. Algo similar ocurre con gas natural, que tiene en España el tercer precio más alto de la UE, por detrás de Suecia y Portugal.

Pero no es solo con una política de precios altos con los que las eléctricas consiguen sus beneficios, la parte más importante de su privilegiada situación llega desde el manejo que hacen de la legislación,  acomodándola a sus necesidades.  Y es que desde la privatización de Endesa todo lo que se ha hecho en el sector ha sido manipulado a su interés.  Veamos sus logros a nuestra costa, sin ánimo de ser exhaustivo, que hay más:

-          Después de que el Gobierno de turno –da igual PP o PSOE para las eléctricas- convenciera a los españoles de las ventajas de la tarifa nocturna y de que estos hicieran sus inversiones en acumuladores, programadores y demás infraestructura “ad hoc” se eliminó la tarifa y se dejó a más de dos millones de españoles con la inversiones realizadas y con unas condiciones  que ya no eras beneficiosas.

-          Se fuerza un sistema para que calcule el precio de la luz, tan favorable para los intereses del sector, que han conseguido que la tarifa suba un 24,6% en los últimos seis meses.

-          Consiguen el “impuesto al sol” ante el hazmerreir de todo el mundo occidental; ¡ojo! se ríen de nosotros por ser víctimas de tales abusos, amparados por un Gobierno al que se vota una y otra vez.

-          Han conseguido eliminar la competencia de las energías renovables en España, aunque en otros países estas mismas empresas eléctricas españolas estén invirtiendo en ellas.

-          Se incumple la normativa europea de protección a los consumidores vulnerables.

-          Se consigue que el Constitucional, a petición del Partido Popular, anule la Ley catalana que impedía los cortes en los suministros básicos a personas en riesgo de pobreza.

-          Se impide que los representantes de los consumidores sean escuchados a la hora de tomar decisiones.

-          No se devuelven los 3.500 millones que el sector se ha embolsado de más por los costes de transición a la competencia.  Los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE han ocultado esta situación detrás de los sillones en sus consejos de administración.

-          Acaban de conseguir la obligación de que cada usuario incorpore un contador “inteligente”, que lo es tan solo para las eléctricas,  incrementando sus beneficios.

-          Con la implantación del ICP obligan a contratar un mínimo de potencia para cubrir nuestras necesidades. Hasta aquí parece normal, pagamos por lo que consumimos, pero no lo es tanto cuando entendemos que las necesidades en invierno son mayores que las del verano y que estas empresas nos obligan a tener contratada esa potencia todo el año. Aunque en verano necesitemos sólo un tercera parte,  pagamos igual el exceso de potencia.

-          Han subido de tal forma los costes fijos, que apenas podemos ahorrar en la factura al consumir menos o estar ausentes. El coste de la cantidad de energía consumida es cada vez más pequeño frente a los costes fijos.

-          Un recurso de Endesa y Eon ha tumbado en el Tribunal Supremo el bono social eléctrico; las eléctricas no tienen ya que subvencionarlo,  y habrá que devolverles 500 millones de euros más los intereses.

-          Con la legislación vigente consiguen que los tribunales -ahora controlados por el PP, les quiten cualquier posible sanción que se les imponga. Como la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Supremo, que ha anulado una sanción de 5,4 millones de euros impuesta en junio de 2012 a Endesa por tejemanejes con el mercado libre de clientes y la Tarifa de último recurso.  Con esta decisión, las compañías eléctricas han logrado que los tribunales hayan dejado sin efecto en los dos últimos años, ya sea en el Supremo o en la Audiencia Nacional, sanciones impuestas por la anterior autoridad de Competencia (Zapatero) por valor cercano a 70 millones de euros.

No se puede permitir que eléctricas y políticos, unidos en una auténtica organización mafiosa de intereses mutuos,   continúen ejerciendo un manejo de la energía que deja relegados a la pobreza a millones de españoles, privándoles de derechos fundamentales y provocando más muertes -7.000 son achacables a la pobreza energética- que los accidentes de tráfico. Es una clara situación de abuso de posición dominante, y de organización para alterar el precio de la cosas con resultado de muerte. El terrorismo puede hacerse sin armas ni bombas.

Hace ya tiempo que es un clamor la realización de una auditoría independiente que certifique el coste de la energía eléctrica, la deuda por déficit de tarifa y cuáles serían los pasos para disminuir la factura. Este pasado mes de octubre la media que se ha alcanzado es de 69 euros, y continuará incrementándose en los próximos meses, poniendo muy difícil la situación a siete millones de españoles.

Mientras las personas sufren y mueren, las eléctricas y sus directivos viven una auténtica época dorada con sueldos astronómicos y glamour a todo trapo. El negocio es seguro y la competencia es compañera y cómplice; los políticos trabajan con y para ellos y los sufridores carecen de derechos. Pero están tirando demasiado de la cuerda y el “statu quo” conseguido podría romperse. Es cuestión de ponerse a ello y la nacionalización del bien, la electricidad, que no de las empresas, podría ser una vía adecuada.

Eduardo Lizarraga

No hay comentarios:

Publicar un comentario