Por si había alguna duda sobre el agosto movidito que han tenido nuestros políticos, no hay más que ver lo que éstos últimos días de agosto nos dejan; nada menos que una pedorreta a la soberanía popular y una fractura del consenso constitucional , que tiene riesgo de convertirse en costumbre.
La Constitución que tenemos los españoles se sometió y aprobó en referéndum, y aunque legalmente los partidos mayoritarios puedan ampararse en la Ley para reformarla, no resulta ético ni moral hacerlo. Eso sin olvidar el precedente que está dejando para posteriores “necesidades reformistas”. Se nos dice que es urgente hacerlo ¿es que no puede esperar dos meses? , se nos asegura que un referéndum resultaría demasiado oneroso en las actuales circunstancias ¿y una tercera urna el 20N?, se invoca a los mercados y a su tiranía ¿resulta mejor convertirse en tirano y hurtar sus derechos al pueblo? A veces tengo la impresión de que quien nos gobierna de verdad son los mercados financieros, y es a ellos a los que se rinden cuentas y no al pueblo español. ¿Cuándo se han puesto en estas dos legislaturas de acuerdo el PP y el PSOE para algo? Hasta el paro, que es la mayor preocupación del país, ha pasado a un segundo o tercer término frente a las exigencias de de estos mercados sin rostro.
Y todo esto en cuanto a la rotura del consenso constitucional, pero también hay otras cuestiones que saltan a la palestra. ¿Se puede limitar el déficit presupuestario a las comunidades históricas? Y si esto es así ¿se puede limitar la solidaridad de estas comunidades? ¿Con qué va a negociar el consumido Gobierno de ZP para tener la aquiescencia de algunos partidos en los trámites parlamentarios que se van a suceder estos días? Durán y Lleida sabe negociar muy bien cuando está en ventaja, seguro que saca adelante su eternas peticiones para el sector empresarial, ¿tal vez la de cargarse la obligatoriedad de los convenios colectivos?. Se necesita que 35 parlamentarios pidan la convocatoria de un referéndum vinculante para que la decisión de reforma de la Constitución pueda ser sancionada o rechazada por la sociedad española. ¿Podrán comprarlos a todos?
Mucho me temo que la limitación del déficit presupuestario va a afectar sobre todo a los conceptos más sociales del presupuesto. Es decir, Sanidad, Prestaciones, Ayudas, Educación… porque no nos engañemos, ya son varios los botones de muestra que este ejecutivo nos ha dejado en estas últimas semanas. Sus prioridades se dirigen a que el sistema financiero no tenga pérdidas y que paguen los excesos no los que han ganado más, sino los que tienen menos. Y es necesario recordar una vez más que el origen de todo este problema mundial tiene poco que ver con las cuentas públicas y mucho con una nueva forma de hacer negocio, vendiendo lo que no se tiene y comprando sin dinero, manejando en todo momento los mercados a conveniencia. Los que inventaron esta nueva economía financiera y que se lucraron de ella a costa de todos, son a los que ahora se ayuda para que el sistema, su sistema, pueda seguir funcionando.
La reducción del IVA en las viviendas nuevas es una medida dirigida al sector bancario, para que éste pueda reducir el stock de vivienda que tiene y compita con ventaja frente a la venta de vivienda usada. Vivienda que es propiedad de un hipotecado, que ve como se continúa devaluando mes a mes y que no tiene posibilidad de venderla a un precio que le pueda permitir pagar al banco lo que le debe. A ese mismo banco que ahora compite en el mercado de la vivienda con una nueva ventaja fiscal, concedida graciosamente por este ejecutivo que se dice socialista.
Decía Maquiavelo “Los hombres son tan simples que el que los quiera engañar siempre encuentra a algunos que se dejan”. Y así nos va. Seguro que nos vuelven a engañar y nosotros, contentos y encantados de habernos conocido, les iremos a votar de nuevo. Porque pensemos desde otra óptica el porqué de la elección de la fecha del 20N. Este otoño no va a ser nada conflictivo, salvo algunas protestas por la chapuza constitucional que se quiere hacer. A este verano caliente, lleno de maniobras en la oscuridad, y en el que todos andamos preocupados por la economía, -hay que difundir el sorprendente dato de ventas de los diarios económicos que este agosto ha batido todos los records-, va a seguir un otoño electoral que tan sólo va a tener trascendencia política, pero a las navidades le sucederá un periodo de decisiones y toma de medidas que van a atentar sobremanera contra nuestro bienestar social. Esta reforma constitucional, que quiere impedir déficits superiores al 0,4%, es una buena indicación. Y unas elecciones sumergidas en crispación social y agitación callejera, no tienen sentido político para ninguno de los grandes partidos, que quieren seguir manteniendo la comodidad y seguridad de la alternancia.
A partir de las Navidades, que se dejarán tranquilas para que tiren en lo posible del consumo, veremos la verdadera cara del PP y una nueva radicalización de los sindicatos y del movimiento 15M, porque el derecho laboral y los derechos adquiridos de los trabajadores van a ser los primeros grandes perjudicados. A ellos seguirán la sanidad y las prestaciones sociales, el medio ambiente y la educación., entre otras. No creo que se introduzca ninguna medida fiscal especial sobre los bancos ni sobre las grandes fortunas, como en Estados Unidos o Francia, y no porque estas puedan irse, que ya se han ido, sino porque tal declaración fue una mera cortina de humo para distraer la atención de lo que se estaba trajinando a escondidas. Los paganos vamos a volver a ser los mismos de siempre, los que no podemos defendernos, porque tenemos una nómina visible y somos fáciles de engañar, porque somos almas sencillas, con mucho que perder y una familia detrás. Nos hemos aburguesado demasiado.
Lo dicho, este ha sido un verano caliente, y trabajando codo a codo en la oscuridad los dos grandes partidos han puesto las bases para volvérnosla a jugar.
Eduardo Lizarraga
Agosto 2011
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